SER PROFESOR
Joan Subirats, Catedrático de
Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Barcelona
Se
trata de un artículo publicado por el Catedrático en Mayo del 2007 en el Diario
“El País”. En esta publicación, el profesor nos confiesa su pasión por la
enseñanza, y no desde un punto de vista laboral, sino más bien vocacional ya
que confiesa disfrutar dando clases, conferencias, debates, etc. El catedrático
es consciente de que “la escuela es graduada” ya que no es lo mismo dar clase en la universidad que en
primaria, secundaria o centros de formación para adultos pero opina que siempre
acaba encontrando ese punto de inflexión entre alumno y profesor en el que
ambos acaban disfrutando.
El profesor, nos cuenta
como de una forma casual descubrió una publicación de Álvaro Marchesi y Tamara
Díaz dedicada a “las emociones y valores
del profesorado” donde, a partir de una encuesta realizada a un importante
número de profesores de primaria y secundaria así como a aspirantes a serlo,
extrae unos datos muy interesantes como que la mayoría de los docentes y
aspirantes son mujeres. Sin embargo, lo que más le sorprende es que sólo el 10%
de los encuestados se apartarían de la docencia si tuviesen otro trabajo a
pesar, y cito textualmente, de la evidente
crisis profesional de muchos docentes. Por otro lado, y según la
publicación de la Fundación SM, los profesores afirman que lo más complicado es
la disciplina en el aula y el desarrollo socioafectivo con los alumnos, lo que
podría deberse a una escasa colaboración familiar que cada vez más se
despreocupan de la educación de sus hijos e hijas. No obstante, lo que más
llena al profesor es la buena relación que, en muchas ocasiones, se crea con
sus alumnos aunque detestan la falta de respeto por parte de algunos de ellos.
Siguiendo esta línea de pensamiento se encuentran los aspirantes a docente
aunque presenten una motivación más laboral y menos vocacional.
Para el autor de este
artículo, lo más importante es que las reflexiones que se extraen de lo
anteriormente mencionado no cayeran en el olvido y que la nueva generación de
docentes estuviera a la altura de una nueva generación de alumnos muy
heterogéneos proveniente de una gran cantidad de cambios sociales y familiares
y que ello no les crease desconfianza en sí mismos y en su labor como docentes.
Es evidente que éstos se encuentran antes unos alumnos que pasan una etapa
especialmente sensible como es la adolescencia pero han de tener siempre en
perspectiva cuál es su finalidad, es decir, emocionarse educando, preparando
futuros adultos capaces de adaptarse a un clima social cambiante constantemente.
Según Joan Subirats, el educador ha de mantener la ilusión de enseñar año tras
año, cambio político tras cambio político, cambio generacional tras cambio
generacional. Como diría el ilustre pedagogo Cossío, “Alma, María, Alma”.
Al final del artículo,
el catedrático se hace una serie de reflexiones a modo de cuestiones donde,
principalmente, se pregunta si los futuros profesionales de la docencia
mantendrán esa vocación por la enseñanza, si desde un punto de vista político
se facilitarán las cosas para el buen hacer de los educadores y si desde un
punto de vista social estamos dispuestos a colaborar y reconocer la labor de
los profesores. Concluye expresando la opinión de que sin buena educación y
buenos profesores no hay sociedad que resista unida demasiado tiempo.
Desde mi punto de vista,
estoy de acuerdo con el autor en muchas cosas, entre ellas de que hoy en día el
profesor se encuentra más solo que nunca ante unos alumnos menos “educados” en
el seno familiar. Es verdad que no hay que generalizar, y que la mayoría de
alumnos tienen ganas de aprender pero si es cierto que la situación
socioeconómica actual afecta demasiado a las aulas. Por otro lado, soy del
pensamiento que de que la docencia ha de ser, primordialmente, vocacional ya que
mantener una actitud positiva, emprendedora e innovadora año tras año sólo
puede lograrse cuando a el docente le apasiona lo que hace. Gracias a esta
pasión por su labor, creo que los profesores han de mantenerse actualizados, es
decir, en formación continua lo cual le permitirá adaptarse a todos los cambios
generacionales que surjan. Sin embargo, para que esto sea posible, el mundo
educativo tiene que estar apoyado tanto desde un punto de vista político como
social que facilite el desarrollo profesional del docente, lo cual será
absolutamente beneficioso para los alumnos que disfrutarán de una educación de
mayor calidad.
REFLEXIÓN
Enseña con entusiasmo.
Da lo mejor de ti mismo.
Usa los mejores recursos.
Cumple un plan.
Ama
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