LAS MAESTRAS DE LA REPÚBLICA
Ganadora del Goya 2014 a la Mejor Película
Documental, Las Maestras de la Republica está dirigida por Pilar Pérez Solano.
Las
maestras republicanas simbolizan el proyecto de transformación social y
cultural de la Segunda República. Este nuevo régimen, que se iniciaba en la
primavera de 1931, supuso un enorme avance en materia de derechos para las
mujeres, que aumentaron su participación en todos los espacios públicos y
privados.
Uno de los objetivos de la República era garantizar el derecho social a la educación. Había que crear escuelas que liberaran el país del peso de la ignorancia y de la pobreza que lo lastraban. El proyecto educativo de la II República conjugaba la renovación pedagógica procedente tanto del ideario de la Institución Libre de Enseñanza como el programa educativo que propugnaba la escuela única del partido Socialista, y configuró un modelo de educación pública, obligatoria, gratuita, activa, laica y solidaria que intentaba terminar con siglos de discriminación por razón de sexo o de clase social. La coeducación y el carácter activo y creador eran concebidos como principios pedagógicos fundamentales.
Las maestras de la república, representaban el modelo de mujeres modernas e independientes. Eran mujeres comprometidas políticamente, que, gracias a su experiencia en el dominio del lenguaje y la oratoria, se atrevían a ocupar el espacio público, por lo que desempeñaron un papel importante en las campañas políticas.
Ellas serían las responsables, en buena medida, de la construcción y difusión de la nueva identidad ciudadana, al educar a su alumnado en los valores de igualdad, libertad y solidaridad, tanto a través de la transmisión en los contenidos en las aulas como, sobre todo, con su ejemplo personal. Porque creían en la igualdad, derribaron los muros que separaban a los alumnos y alumnas, proponiendo prácticas de relación que les permitiera compartir intereses y conocimientos. Una coeducación que les posibilitaría aprender a compartir la vida en igualdad. Por ello, por el atraso relativo y la discriminación, las reformas modernizadoras tuvieron una incidencia mayor en la educación de las mujeres.
La figura de los maestros y maestras se dignificó hasta el punto de considerarles el "alma" de la escuela. La política educativa de la República, si bien abarcó el conjunto del sistema educativo, se centró en la reforma y la mejora del magisterio. Los estudios de magisterio adquirieron categoría universitaria. Los futuros maestros y maestras, que debían tener estudios de bachillerato, se formaban conjuntamente en la universidad en la que aprendían la pedagogía moderna. La mejora de las retribuciones contribuyó, asimismo, a dignificar la profesión.
Al finalizar sus carreras universitarias, estas mujeres partían hacia pueblos y villas de la España más profunda donde el grado de analfabetismo era importante, donde tenían que demostrar más valía que los hombres, e incluso, a veces se jugaban la vida debido al pensamiento cacique y machista de los vecinos.
En el mundo rural los altos porcentajes de analfabetismo se sumaban a las tareas extracadémicas que dirigían también las maestras: conseguir educar a las mujeres adultas en los inicios de lectura y escritura básicas, para elaborar una lista de la compra o inventario de los gastos de una casa. Por otra parte, las clases de adultas eran los únicos instrumentos que, en muchas poblaciones rurales, poseían las mujeres, madres y cabezas de familia, y que permitían un grado más de inserción en la comunidad a la que pertenecían. Sin embargo, las múltiples tareas que realizaban, no las eximían de estar constantemente vigiladas por el vecindario, las familias, la iglesia y hasta el Ayuntamiento.
Desde 1936 en la zona franquista y desde 1939 en toda España, la depuración, la represión y el exilio afectaron a todos los colectivos, pero en especial al de maestros y maestras, que habían simbolizado la política educativa y democrática de la II República, Dichos maestros y maestras eran los responsables de formar a la futura ciudadanía en los valores republicanos, lo que explica el interés del franquismo por sustituirlos por personas afines a su ideología.
En esta represión de conductas, las maestras republicanas fueron objeto de un severo correctivo porque habían dado suficientes pruebas e su adhesión al régimen que les había concedido la ciudadanía como para que el Nuevo Régimen no se detuviera en examinarlas con especial cuidado. Así, a ellas se les imputaron cargos específicamente femeninos: ver a una maestra "libre y atrevida" era, sin duda, causa de sanción. Por ello, al igual que sus compañeros, fueron castigadas por su militancia política, sindical o cultural, pero sobre todo por sus osadas conductas personales (casadas por lo civil, divorciadas, madres solteras, etc..), por su escasa o nula religiosidad y por haber introducido el laicismo y la coeducación en las aulas, prácticas que, en su caso, tenían una connotación peyorativa especial ya que se cuestionaba la tradicional religiosidad femenina.
Algunas fueron condenadas incluso durante más tiempo por el que fueron encarceladas, alguna llegó a morir en la cárcel. Las hubo fusiladas o en términos de la época "paseadas", incluso ejecutadas al poco de iniciarse la guerra. Otras muchas debieron exiliarse normalmente a Hispanoamérica, donde ejercieron como maestras contribuyendo a la modernización de la educación en estos países, aunque normalmente se dedicaron a otros trabajos.
La sublevación fascista mutiló las ilusiones de cambio social y la actividad reformadora en todos los terrenos, entre ellos, el de la educación Así que muchos de los aspectos que en este documental visto en clase se destacan no llegaron a extenderse a todo el país y no consiguieron consolidarse. Aún así, su legado ha llegado hasta nuestros días y es importante transmitirlo y dar a conocer uno de los mejores retazos de la historia en la educación Española.
REFLEXIÓN
"Por la ignorancia se desciende a la servidumbre, por el educación se asciende a la libertad"
Diego Luis Córdoba